Las necesidades que no podemos obviar o dejar de lado en nuestros perros son:
- Proporcionar un ejercicio físico adecuado: Pasear, correr, jugar con otros perros, etc.. Siempre con la exigencia y tiempo adecuado.
- Estimulación mental: Olfateo, juguetes interactivos o juegos de resolución de problemas, entrenamiento-adiestramiento adecuado, etc…
- Relación social: No pasar demasiado tiempo en soledad, relacionarse o conocer otros perros en la calle o el parque, personas, etc…
- Respetar los descansos (calma): Debemos respetar siempre el tiempo de descanso del animal y proporcionar un lugar donde el animal pueda relajarse (el perro no debe pasar demasiadas horas expuesto a infinidad de estímulos).
Dejar de lado algunas de estas necesidades básicas suelen provocar la aparición de probemas de comportamiento como un aumento de los niveles de estrés, excitación o hiper-actividad, reactividad o incluso agresividad.
Algunas preguntas o inquietudes que cualquier propietario de una mascota suele formularse son:
¿Cómo puedo entender mejor a mi perro?
¿Cómo puedo mejorar mi relación de con él?
¿Cómo puedo prevenir problemas de conducta?
¿Por qué ocurren determinados problemas en su comportamiento?
Ante tal planteamiento, siempre deberiamos reflexionar y tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Cubrir sus necesidades básicas (citadas a continuación)
- Utilizar la empatía (ponerse en el lugar del animal)
- Ser un buen referente para el perro (inducir la calma, saber como actuar ante determinados conflictos, etc…)
- Saber comunicarnos con ellos de manera correcta (identificar sus señales de calma, ser claros a la hora de transmitir nuestros mensajes, etc…)
- Conocer como aprenden los perros
- Trabajar un sistema educativo y de entrenamiento-adiestramiento correcto (basado en un trabajo cooperativo, donde el perro se involucre en todo el proceso de aprendizaje, se tenga en cuenta su bienestar y bajo la utilización del refuerzo positivo).
Como tutores o responsables de una mascota debemos cubrir sus necesidades básicas, que no solo pasan por ofrecer una asistencia sanitaria o veterinaria, higiene, alimentación, proporcionar una adecuada condición ambiental (lugar cómodo y seguro) o cubrir algunas necesidades fisiológicas (necesarias para su subsistencia).
Otra de las claves importantes para obtener éxito en la educación de nuestros perros es tener en cuenta su edad, sus etapas de desarrollo y sus capacidades. La educación de un perro comienza desde cachorro, pero debemos ser muy consecuentes sobre que (y también como) debemos enseñar al animal en cada momento de su etapa de desarrollo (cachorro, perro joven, adulto)
Publicado por: Carlos Martí – informacion@manydogs.es